lunes, 31 de marzo de 2008

NOTAS DEL IDIOMA (58)

“Militares de la Guardia Venezolana custodian la rivera del río Táchira (…)”. El Colombiano, página 10a, 27 de enero de 2008.

Las palabras homófonas ribera y rivera tienen en común la etimología pero sus significados son diferentes. Veamos:

Ribera significa (DRAE): 1. Margen y orilla del mar o río. 2. Tierra cercana a los ríos aunque no esté a su margen. 3. Huerto cercado que linda con un río. 4. Vallado de estacas, cascajo y céspedes que se hace a la orilla de las presas para que no se salga y derrame el agua. En esta última acepción es sinónimo de ribero.

En cuanto a rivera, significa (DRAE): 1. Arroyo, pequeño caudal de agua que corre por la tierra. 2. Cauce por donde corre.

Etimología

En último término, tanto ribera como rivera provienen de una misma raíz indoeuropea, rei-, que tenía varios significados: ‘rasgar, cortar; fluir, correr’. De esta raíz en sus sentidos de ‘rasgar, cortar’ se originó reip-ā ‘orilla empinada’ que dio lugar a la palabra latina riparia ‘orilla de río’, de ripa ‘ribera’ + -arius ‘de’. Ribera está emparentada, etimológicamente, con arriba y con derribar.

Por su parte, rivera se originó de la misma raíz rei- pero en sus significados de ‘fluir, correr’, de la que provino rei-wo ‘flujo’ y de ésta se derivó el término latino rivus ‘arroyo, riachuelo, corriente de agua’. Etimológicamente, rivera es de la misma familia que rival y derivar.

Escribió Fernando Navarro en su libro Parentescos insólitos del lenguaje (Madrid: Ediciones del Prado, 2002, pág. 177): “Los rivales eran, pues, dos vecinos que poseían tierras limítrofes, separadas entre sí por un río común. Aunque nos resulta imposible viajar en el tiempo para estudiar el comportamiento de nuestros antepasados en la España antigua, a la vista del desplazamiento de significado que la palabra ‘rival’ ha experimentado en nuestro idioma, es fácil imaginar cómo debían de ser las relaciones que estos vecinos mantenían entre sí”.

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Del leísmo

“A la musaraña elefante se le llama así por su larga trompa, no porque se le relacionara con los paquidermos”. El Colombiano, columna “Curiosidades y hechos de la ciencia”, 12 de febrero de 2008.

El uso dos veces en esta frase del artículo le como complemento directo para referirse a un sujeto del sexo femenino – la musaraña elefante – es un ejemplo del error llamado leísmo, que se corrige cambiando los dos le por la. Analicemos este error con base en la información que trae el Diccionario del español urgente, de la Agencia EFE:

Es leísmo el uso de le referido a un complemento directo de cosa masculina. Ejemplo: ¿Hiciste reparar el carro? No, aún no le he hecho reparar. Corrección: No, aún no lo he hecho reparar.

Es leísmo el uso de les como complemento directo de personas o cosas masculinas. Ejemplos: 1 ¿Qué vas a hacer hoy con los niños? Les voy a llevar a la biblioteca pública. Corrección: Los voy a llevar (…). 2 ¿Cuándo vas a imprimir los esquemas? Les voy a imprimir pasado mañana. Corrección: Los voy a imprimir (…).

Es leísmo el uso de le o les como complemento directo de personas o cosas femeninas. Ejemplos: A mi nieta hace tiempos que no le veo. Corrección: (…) que no la veo. A nuestras hijas hace mucho que no les visitamos. Corrección: (…) que no las visitamos. A las pinturas del museo les restaurarán la semana entrante. Corrección: (…) las restaurarán (…).

En contraste con los anteriores, está aceptado el uso de le como complemento directo de persona de sexo masculino en singular. Ejemplos: Después de su conferencia, a Pedro le aplaudieron calurosamente. A Jaime le despidieron del trabajo.

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Federico Díaz González
Editor de Iatreia
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viernes, 21 de marzo de 2008

NOTAS DEL IDIOMA (57)

NOTAS DEL IDIOMA (57)

“Ahora bien, si se deshecha esa idea egoísta y se piensa en los intereses del país (…)”. El Colombiano, página 4a, 22 de enero de 2008, columna del señor León Valencia.

El verbo desechar, que significa ‘excluir, reprobar, desestimar, menospreciar’ se escribe sin hache intermedia. La palabra deshecha es el femenino del adjetivo deshecho, derivado del participio irregular del verbo deshacer, que es deshecho. Su palabra homófona es desecho, que en América se usa como sinónimo de ‘atajo’.
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“De Técnicas de Laboratorio Clínico a Microbiólogos, una construcción disciplinar”. Tarjeta de invitación al acto central con motivo del cincuentenario de la Escuela de Microbiología de la Universidad de Antioquia.

La palabra disciplinar, usada como adjetivo, significa (DRAE) ‘perteneciente o relativo a la disciplina eclesiástica’. En el Diccionario del español actual su significado es ‘de la disciplina’. A su vez, disciplina tiene las siguientes acepciones: 1. Sujeción de una persona o una colectividad a unas normas de conducta establecidas. 2. Conjunto de normas que rigen la conducta de una persona o una colectividad. 3. Rama de conocimiento o de instrucción.

No parece acertado el uso del adjetivo disciplinar en la tarjeta de invitación mencionada. Quienes la idearon pudieron tener en mente otros adjetivos como interdisciplinaria y multidisciplinar; el primero de ellos significa, dicho de un estudio o de otra actividad, ‘que se realiza con la colaboración de varias disciplinas’. El segundo expresa la idea de ‘abarcar o afectar a varias disciplinas’. Cualquiera de estos dos adjetivos hubiera expresado mejor lo que se enseña y hace en la Escuela de Microbiología.
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“En esta sociedad fenicia y que rinde culto al dios de la productividad (…)”. El Colombiano, página 4a, 2 de febrero de 2008, columna del señor Ernesto Ochoa.

El adjetivo fenicio, cia tiene como tercera acepción, con sentido despectivo, ‘que tiene la habilidad para comerciar o negociar y sacar el máximo beneficio’; describe muy acertadamente esta palabra la concepción utilitaria de la economía que hoy condena a tantas personas a llevar vidas muy precarias.

Dice el Nuevo Espasa ilustrado, 2002: “Los fenicios fueron oriundos del golfo Pérsico, descendientes de los cananeos; comenzaron a aparecer a fines del segundo milenio a. C. y su período de máximo florecimiento se extendió del 1000 al 500 a. C. Sus aptitudes marítimas y comerciales los llevaron a realizar una importante obra de colonización por el Mediterráneo. Enseñaron a los pueblos del Mediterráneo la navegación, el comercio y la industria y se les debe también un alfabeto del que se derivaron la mayor parte de los del mundo antiguo”.

En el libro Cinco mil años de palabras (Carlos Prieto, Fondo de Cultura Económica, 2ª edición, 2007) se encuentra la siguiente información: “Los fenicios fueron los primeros en crear símbolos fonéticos desprovistos de cualquier connotación ideográfica (…)”. “Derivados de las letras fenicias son los alfabetos hebreo, arameo, griego, romano, árabe, cirílico, sánscrito, hindi, armenio y otros”. (…) “Curiosamente, el término alfabeto trasluce el antiguo origen pictográfico de las letras fenicias: las palabras griegas alfa y beta provienen del nombre fenicio de las palabras aleph y beth que significan ‘buey’ y ‘casa’, respectivamente”.
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“Hasta el combustible que traen en sus tanques de almacenamiento las tractomulas que cargan mercancía legal de Venezuela a Colombia son raqueteadas por los guardias”. El Colombiano, página 10a, 27 de enero de 2008.

Centrémonos en el verbo raquetear dejando de lado los errores de concordancia en género y número de esta frase. Dicho verbo no está registrado en el DRAE ni en el Diccionario del español actual. Tampoco en un diccionario de hispanoamericanismos ni en otro de colombianismos. Sin embargo, sí se lo encuentra en las páginas en español de Google para referirse a los deportes que se practican con raquetas, incluyendo las que se usan para caminar sobre la nieve. El significado de raquetear en la frase citada lo hallamos en el sitio en internet La chuleta venezolana: diccionario de palabras, expresiones, groserías y demás venezolanadas. Allí aparece raquetear con el significado de ‘revisar o buscar algo a la fuerza, sin consentimiento’ y raqueta como ‘revisión, búsqueda, allanamiento’.
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“Estoy recogiendo y potencializando lo que sembraron los anteriores ministros (…)”.
Lo dijo la Ministra de Cultura, Paula Marcela Moreno, en una entrevista concedida a la revista Semana (edición n.º 1.350).

Porcionamos nuestros productos a su gusto, en tajadas, cuñas o cubos”. Aviso en la charcutería de una conocidísima cadena de supermercados.

Estamos ante otros dos ejemplos de sesquipedalismo que, según Soledad Moliner, “es uno de los males contemporáneos del español, consistente en alargar las palabras con la idea de que eso hace mejores las ideas”. Los verbos potencializar y porcionar no existen. Los correctos son potenciar y partir.

En el caso de porcionar se trata, además, de un anglicismo surgido de la traducción literal de to portion, verbo inglés que significa ‘dividir algo en partes para distribuirlo entre dos o más personas’.
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Federico Díaz González
Editor de Iatreia
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martes, 18 de marzo de 2008

Cada dos semanas muere una lengua

“Marie Smith Jones ha muerto en la cama mientras dormía a sus 89 años. (…) La noticia, trágica, habría pasado desapercibida si no llega a ser porque con Marie Smith Jones desaparecía de la faz de las lenguas el eyac, ya que la cacica de Anchorage era su postrer hablante, la última nativa, y heredera de un habla caída en el precipicio del olvido. (…) [Según la UNESCO] el eyac de Marie era una de las 3.000 lenguas en peligro de extinción. Cada día mueren 3.000 personas que hablan alguna de ellas. El mapamundi de la diversidad lingüística no coincide con el de la densidad de población: el 96% de las lenguas son habladas por el 4% de la población mundial y más del 80% de los idiomas (…) están confinados a un solo país. La mitad de la población mundial se expresa en una de las 8 lenguas de mayor difusión: chino (1.200 millones de hablantes), inglés (478), hindi (437), español (400), ruso, árabe, portugués y francés. Este desequilibrio lleva a los expertos a prever la desaparición del 95% de las lenguas vivas en este siglo. Algunos estudiosos sostienen que cada dos semanas muere una lengua. Los índices de extinción son muy elevados en las zonas de mayor diversidad lingüística: en África más de 200 lenguas cuentan con menos de 500 hablantes”.

“(…) Hoy, más de la mitad de las 7.000 lenguas que se hablan en el mundo están al borde del precipicio. ¿Las causas?: apenas tienen presencia en la Administración, en la Educación y en los medios de comunicación. El umbral mínimo para que una lengua sobreviva se eleva a 100.000 hablantes. Sin embargo, de las 7.000 que existen la mitad es hablada por menos de 10.000 personas, y 1.500 por menos de 1.000. (…) El nacimiento de los Estados-nación fue un factor decisivo de la consolidación de las lenguas nacionales y de la marginación del resto”.

“Están al borde del precipicio entre un tercio y la mitad de las 500 lenguas amerindias existentes, y la reducción más marcada es la prevista en Brasil, donde la mayoría de los idiomas son hablados por comunidades extremadamente pequeñas. De las 123 lenguas habladas en el Viejo Continente, nueve están a punto de expirar, 26 cercanas a la extinción y 38 en peligro. La UNESCO trata de salvaguardar todas las lenguas del mundo en vías de extinción”.

* Tomado de http://www.elcastellano.org/ns/edicion/2008/marzo/eyac.html

domingo, 16 de marzo de 2008

NOTAS DEL IDIOMA (56)

De El Colombiano, página 3a, 24 de enero de 2008: “El nuevo espaldarazo a las gestiones para un acuerdo humanitario (…)”. “(…) se suma el respaldo que habían manifestado Francia y la Unión Europea (…)”. “Zapatero anunció su respaldo incondicional al presidente Uribe (…)”. “El contundente espaldarazo de España a la política de paz (…)”. “(…) había logrado el respaldo de países como Alemania (…)”. “(…) al conseguir el respaldo unánime en Europa (…)”. “(…) contará con el respaldo de Francia y España (…)”. Página 4a de la misma fecha, Editorial: “Hoy quisimos resaltar: el espaldarazo a la gestión del Presidente Uribe (…)”

¿Son sinónimas las palabras respaldo y espaldarazo? Veamos sus significados: la quinta acepción de respaldo en el Diccionario de la Real Academia Española es ‘apoyo, protección, garantía’. En cuanto a espaldarazo significa: 1. Reconocimiento de la competencia o habilidad suficientes a que ha llegado alguien en una profesión o actividad. 2. Admisión de alguien como igual en un grupo o profesión. 3. Golpe dado de plano con la espada en la espalda para armar caballero. El Diccionario del español actual trae el siguiente ejemplo de este último uso, que solo es de interés histórico: “Tras ayunar y velar las armas, (…) recibían de su padrino (…) la espada y el espaldarazo, un simbólico golpe en la nuca. En el Diccionario de uso del español, de María Moliner, hallamos lo siguiente: “Dar el espaldarazo es reconocer a alguien, con palabras o de otra manera, como ya completamente apto en alguna profesión o actividad”.

Otro ejemplo de la tercera acepción de espaldarazo la hallamos en el capítulo III, parte I, de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha* donde se describe cómo el ventero armó caballero a don Quijote; dice así: “(…) y leyendo en su libro (como que decía alguna devota oración) en mitad de la leyenda** alzó la mano y dióle sobre el cuello un buen golpe, y tras él, con su mesma espada, un gentil*** espaldarazo, siempre murmurando entre dientes, como que rezaba”.

Hay que concluir que, ortodoxamente hablando, respaldo y espaldarazo no son sinónimos y que el presidente Uribe recibió en Europa un amplio respaldo pero no un contundente espaldarazo. Sin embargo, como el idioma es cambiante, la palabra espaldarazo se está usando ampliamente como sinónimo de respaldo, como lo demuestran los siguientes ejemplos tomados de las páginas en español de Google (25 de enero de 2008), y no sería raro que la Real Academia Española lo registrara como tal en una futura edición de su Diccionario:

El País.com “(…) se da un espaldarazo total a las figuras del productor independiente, el exhibidor y el distribuidor”.
Cámara de Representantes de Colombia: “Espaldarazo a proyecto de ley del software libre en Colombia”. “(…) expresaron su respaldo al proyecto de ley (…)”.
Yahoo T Noticias: “Espaldarazo a Roselló. Se comprometen a respaldarlo varios líderes sindicales”.
Noticias 24: “Fuerte espaldarazo de Lula al gobierno de Evo Morales (…)”.
Proceso.com: “Espaldarazo español a los reclamos de Uribe a las FARC”.
Dinero.com: “Espaldarazo a la factura electrónica (…).

Etimología

La palabra espalda proviene del latín tardío spatula ‘omoplato, pedazo ancho, pedazo plano, cuchara de revolver’; spatula es diminutivo de spatha ‘hoja o cuchilla, hoja de una espada, espada ancha’; del griego spathé ‘hoja de una espada’, del indoeuropeo sp-dh- ‘utensilio plano de madera’, de spē- ‘pedazo plano de madera’. De la misma raíz indoeuropea spē-, en su variante sphē-, se deriva sphēn ‘cuña’ y de esta última palabra proviene el nombre del hueso esfenoides, término que significa ‘en forma de cuña’.

Emparentada con espalda, respaldo y espaldarazo está, por extraño que parezca, la palabra esperanza, porque también se deriva de la raíz indoeuropea spē- que con el sufijo –s dio lugar al término latino spes ‘esperanza’.

Y siguiendo con los parentescos hallamos la palabra espaldilla que se usa para referirse al omoplato de los animales y a los cuartos delanteros de algunas reses, y de la cual se deriva espatulomancia que es “el arte de adivinar con base en los huesos de los animales, principalmente la espaldilla”.

* Aguilar Ediciones, 1951.
** Leyenda significa, en este pasaje, lectura.
***Gentil, en la acepción de notable que puede tener esta palabra.
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“(…) introducir modelos de gerenciamiento de patologías para: enfermedad renal crónica, diabetes y riesgos cardiovasculares y promover el transplante renal como una solución altamente costo-efectiva y a largo plazo para muchos pacientes”. El Colombiano, 5c, 9 de marzo de 2008.

En las primeras tres líneas de esta cita hay cuatro errores: 1) La palabra gerenciamiento no existe. Emplearla es un ejemplo de sesquipedalismo; se debió escribir gerencia. 2) La palabra patología no está aceptada como sinónimo de enfermedad. 3) Escribir transplante en vez de trasplante. 4) Usar dos puntos después de la preposición "para". Dice al respecto el Diccionario panhispánico de dudas (página 240, numeral 1.11): “Es incorrecto escribir dos puntos entre una preposición y el sustantivo o sustantivos que esta introduce”.

En el mismo artículo de la cita en mención se incurre por segunda vez en el mismo sesquipedalismo cuando escriben: “(…) comenta el médico (…) experto en investigación y gerenciamiento de resultado en salud”.
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Federico Díaz González
Editor de Iatreia
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lunes, 10 de marzo de 2008

NOTAS DEL IDIOMA (55)

De un artículo sometido a consideración de Iatreia: “La comprensión de su fisiopatología es aún incipiente, lo cual ha redundado en una falta de agentes profilácticos específicos”.

El verbo intransitivo (o sea, que se construye sin complemento directo) redundar tiene dos acepciones (DRAE): 1. Dicho especialmente de un líquido: rebosar, salirse de sus límites o bordes por demasiada abundancia (sinónimos: derramarse, salirse, refluir) 2. Dicho de una cosa: venir a parar en beneficio o daño de alguien o algo (sinónimos: resultar, causar, acarrear, venir a parar). Según esta segunda acepción, está bien usado este verbo en la frase citada.

Etimología

Redundar proviene del latín redundare ‘desbordarse, estar inundado de, estar demasiado lleno, ser muy abundante’, de red- ‘hacia atrás’ + undare ‘ondear, hacer ondas el agua del mar, agitarse, desbordarse, salirse de madre, inundar’, de unda ‘onda, ola’. De la misma familia etimológica son abundar, inundar y sus correspondientes sustantivos.

Recordemos que la redundancia en lingüística es la repetición o uso excesivo o inútil de una palabra o concepto. Según el Diccionario del Español Actual, la redundancia es “La parte de un mensaje innecesaria para que este sea esencialmente completo”.

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De El Colombiano, página 4a, 21 de enero de 2008, columna de la periodista Sonia Gómez: “Aún contando con las diferencias de costos de atención de un embarazo y parto, vale 6 a 7 veces más atender un parto que prevenirlo (…)”.

Dice la regla “La palabra aun se debe escribir con tilde – aún – cuando pueda sustituirse por todavía sin alterar el sentido de la frase. Ejemplo: aún no ha llegado (no ha llegado todavía). En los demás casos, es decir con el significado de hasta, también, inclusive, se escribirá sin tilde”. En la frase citada no puede sustituirse por todavía pero sí por inclusive; por lo tanto, no debe llevar tilde.

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De un artículo sometido a consideración de Iatreia: “En pacientes con falla cardíaca se altera la relación entre la ventilación minuto y la producción de CO2, como resultado del aumento en la ventilación secundario a la alteración de la relación ventilación/perfusión por el bajo gasto cardíaco y el incremento en la producción de CO2.

Este párrafo es un buen ejemplo de cacofonía, es decir, de la “disonancia que resulta de la inarmónica combinación de los elementos acústicos de la palabra”. Suena mal porque en él se repite nueve veces en tres renglones el sonido ción/sión. Sin embargo, por tratarse de un lenguaje esencialmente técnico es muy difícil corregirlo; invito a los lectores a enviarme propuestas en ese sentido.

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“El Gobierno Venezolano no tiene ninguna intencionalidad de confrontar y agredir (…)”. El Colombiano, página 3a, 28 de enero de 2008.

El uso de la palabra intencionalidad en esta frase es un ejemplo de sesquipedalismo, o sea, de preferir la palabra más larga aunque la más corta – en este caso intención – sea perfectamente adecuada para lo que se quiere expresar.

Insistamos en la necesidad de evitar el sesquipedalismo; cito al respecto a la autora Soledad Moliner*: “Uno de los males contemporáneos del español es el llamado sesquipedalismo, consistente en alargar las palabras con la idea de que eso hace mejores las ideas. Generalmente, el mecanismo consiste en extraer del sustantivo relativo a un verbo un nuevo infinitivo más inflado y pomposo: influir-influencia-influenciar; poner-posición-posicionar; concreto-concretar-concretizar. Si continúa el engorde, llegará el día en que el verbo hinchado dará a luz nuevos sustantivos o infinitivos aún más obesos: influenciación, posicionamentar, concretización. Ya está ocurriendo…”

* Moliner S. Pida la palabra, 1ª ed. Buenos Aires: Aguilar, 2005, p. 85.

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Federico Díaz González
Editor de Iatreia
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martes, 4 de marzo de 2008

NOTAS DEL IDIOMA (54)

De El Colombiano, página 2a, 11 de enero de 2008: “El Comandante de este grupo guerrillero y su gente se despidieron de sus cautivas y entonces, con poca parafernalia, desaparecieron de nuevo en medio de la selva”.

La palabra parafernalia significa (DRAE) ‘el conjunto de usos habituales en determinados actos o ceremonias, y de los objetos que en ellos se emplean’. Se usa más en sentido irónico. Otras definiciones son: ‘Conjunto aparatoso de elementos rituales o decorativos que rodean un acto o a una persona’ (Diccionario del español actual). ‘Lo que rodea a algo haciéndolo ostentoso, llamativo o solemne’ (Diccionario didáctico del español intermedio).

En el libro La fascinante historia de las palabras se encuentra lo siguiente sobre parafernalia: “Antiguamente, cuando una joven se casaba, los bienes que llevaba a su nuevo hogar quedaban divididos en dos partes: la dote, que se tornaba de propiedad de su marido, y sus bienes personales. Esta última parte se llamó parafernalia. Hacia fines del siglo XVIII la palabra se usaba para designar no ya los bienes propios de una mujer casada, sino la impedimenta, un nombre despectivo del bagaje que portan los soldados y que les dificulta la movilización. Con esta connotación peyorativa, parafernalia llegó a los días de hoy para designar la aparatosidad que algunos atribuyen a ciertas ceremonias religiosas”.

Se puede discrepar sobre lo apropiado de usar el término parafernalia para describir la forma como se despidieron los guerrilleros. En mi concepto hubiera sido más apropiado el término ceremonia; no cabe duda, en cambio, acerca de que la fallida entrega de las señoras Clara Rojas y Consuelo González, a fines de diciembre de 2007, se hizo con mucha parafernalia: los helicópteros y su inspección por el Presidente Chávez, los aviones, los delegados internacionales, el CICR, el despliegue mediático, etc.

Etimología

Parafernalia proviene del griego parapherna, de pará- ‘al lado’ + pherné ‘dote’. En derecho se llaman bienes parafernales a los que son propios de la mujer en el matrimonio, por aportación o por adquisición posterior.
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De El Colombiano, página 4a, 17 de enero de 2008, columna “Se le fueron las luces”: “En medio del folklorismo y del protagonismo se le fueron las luces al Presidente venezolano al hacer tan desconsiderada y absurda propuesta por la pírrica acción de la guerrilla de entregar a dos secuestradas (…).”

¿Fue pírrica esa acción de la guerrilla de entregar a las señoras Clara y Consuelo? El adjetivo pírrico, ca significa: 1. Dicho de un triunfo o una victoria, obtenerlo con más daño del vencedor que del vencido. 2. Conseguido con mucho trabajo o por un margen muy pequeño. 3. De poco valor o insuficiente, especialmente en proporción al esfuerzo realizado. Con estas definiciones en mente, cada lector sacará sus propias conclusiones.


Etimología

La palabra pírrico proviene del latín pyrrhicus y éste del griego pyrrhikhé. Son términos derivados del nombre del rey de Epiro Pirrós (Pirro, en español) (318-272 a. C), que participó en la guerra de Tarento contra Roma, en la que obtuvo las victorias de Heraclea y Ausculum; en este último triunfo tuvo tantas bajas entre sus soldados que, se dice, exclamó: “Otra victoria como éste y volveré solo a Epiro”. Por eso se llama pírrica a la victoria lograda con fuertes pérdidas para el propio bando.

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Federico Díaz González
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