lunes, 28 de enero de 2008

NOTAS DEL IDIOMA (49)

NOTAS DEL IDIOMA (49)

De un artículo sometido a consideración de Iatreia: “El diseño descriptivo posibilita (…) y permite direccionar futuros estudios”.

El verbo direccionar no está registrado en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) ni en el Diccionario del español actual (DEA). Tampoco en ninguno de otros seis diccionarios españoles consultados. Sin embargo, es de amplio uso como lo demuestra el hallazgo de 111.000 páginas en español (Google, 28 de diciembre de 2007). Según estas páginas, parece ser un término de uso corriente en informática; veamos algunas de ellas: ¿Se puede direccionar la carpeta Mis Documentos a D? ¿Cómo puedo direccionar la carpeta Favoritos a (…)? ¿Cómo direccionar hacia una carpeta global? El direccionamiento de la memoria puede considerarse desde dos puntos de vista (…). ¿Cómo direccionar mi dominio a webcindario?

Sin entrar a cuestionar el uso de direccionar en el lenguaje técnico, es válido preguntarnos si es correcto recurrir a él en frases como la arriba citada, en la que evidentemente se alude a la orientación de futuros estudios. El verbo registrado en el DRAE es dirigir, cuatro de cuyas diez acepciones se refieren a orientar algo hacia determinado fin; ellas son: 1. Enderezar, llevar rectamente algo hacia un término o lugar señalado. 4. Encaminar la intención y las operaciones a determinado fin. 5. Gobernar, regir, dar reglas para el manejo de una dependencia, empresa o pretensión. 7. Orientar, guiar, aconsejar a quien realiza un trabajo. Además de dirigir se podría usar, para corregir la frase, el verbo orientar: “(…) y permite orientar futuros estudios”.

Recurrir al verbo direccionar cuando se puede usar dirigir es un ejemplo de la tendencia llamada “sesquipedalismo”. Para ilustrar al respecto citaré textualmente del interesante artículo publicado en El Mundo por el señor Gabriel Márquez Cárdenas en su columna “Lenguaje con Gotero”; dice así el señor Márquez:

“Pasemos ahora a un tema diferente (…): el de las palabras sesquipedales. Se llama así a las palabras muy largas, pero en especial a las innecesariamente largas en un contexto determinado. Sesquipedal es un viejo adjetivo casi desconocido, derivado del latín sesquipedalis, que significa literalmente ‘de pie y medio de longitud’, lo cual lleva implícito el sentido de ‘más largo de lo necesario’ (…). El vocablo está formado con el prefijo latino sesqui-, que significa ‘uno y medio’ o ‘relación de tres a dos’. Recuérdense estos vocablos formados con el mismo elemento compositivo: sesquicentenario, referente a lo que tiene siglo y medio de antigüedad o duración; sesquióxido, óxido cuya molécula está formada por tres átomos de oxígeno y dos del otro elemento (…).

Continúa así el señor Márquez: “Es frecuente en personas de cierto nivel cultural, (…) el exceso en el uso de palabras o frases innecesariamente largas. Esa tendencia se llama “sesquipedalismo”. Nadie está libre de caer en él ocasionalmente, pero en algunas personas es pasión o vicio. Parte éste del convencimiento de que, entre palabras de una misma raíz u origen, las más largas son las que dan más prestigio o hacen más claras las ideas. Ello conduce al sesquipedalista a considerar que es más apropiado, más elegante o más impactante, en cualquier caso de que se trate, hablar, por ejemplo: de influenciar, y no de influir; de promocionar, y no de promover; de recepcionar, y no de recibir; de obligatoriedad, y no de obligación; de siniestralidad, y no de siniestros; de clarificación, y no de claridad; de la problemática, y no de los problemas; de concretizar, y no de concretar; de la normatividad, y no de las normas; del aspecto organizacional, y no del aspecto organizativo”. Hasta aquí la cita del señor Márquez, a la que yo añadiría, como ejemplo de sesquipedalismo, el uso de direccionar en vez de dirigir.

Etimología

Dirigir proviene del latín dirigere ‘dirigir, enderezar, poner en fila’, de di ‘separadamente’ + rigere, de regere ‘guiar’, del indoeuropeo reg- ‘mover en línea recta, conducir’. Numerosas palabras pertenecen a la misma familia etimológica, entre ellas: rectificar, recto y rector; regalar y regalo; régimen y regimiento; región, regente, regio, rey, reina y reino; corregir y correcto; dirección, directo, erguir, erecto, surgir, insurgente, insurrecto.


Federico Díaz González
Editor de Iatreia
www.notasdelidioma.blogspot.com

lunes, 21 de enero de 2008

NOTAS DEL IDIOMA (48)

NOTAS DEL IDIOMA (48)

De un artículo sometido a consideración de Iatreia: “Algunos estudios han tratado de focalizar la atención en (…)”.

La segunda acepción (DRAE) del verbo focalizar es ‘centrar, concentrar, dirigir’. Por su parte, la cuarta acepción del verbo enfocar es “dirigir la atención o el interés hacia un asunto o problema desde unos supuestos previos, para tratar de resolverlo acertadamente”.

En gramática se habla de propiedad para referirse al “significado o sentido peculiar y exacto de las voces o frases”. En busca de esa cualidad del estilo, parece preferible usar enfocar en vez de focalizar en la frase citada.

Etimología

Enfocar se deriva del latín en ‘en’, + focus ‘hogar, chimenea’ por considerarse el hogar* como punto central de la casa. De la misma familia etimológica son las siguientes palabras: fuego, fusil, hogar y hoguera.

*Hogar se usa aquí en el sentido de “sitio donde se hace la lumbre en las cocinas, chimeneas, hornos de fundición, etc.”.


De un artículo sometido a consideración de Iatreia: “Los niños colombianos están constantemente expuestos a condiciones inhóspitas”.

Además de expresar la idea de que un lugar es incómodo, poco grato, el adjetivo inhóspito es sinónimo de inhospitalario cuyas acepciones (DRAE) son: 1. Falto de hospitalidad. 2. Poco humano para con los extraños. 3. Que no ofrece seguridad ni abrigo.

No parece incorrecto, aunque sí un tanto rebuscado, el uso del adjetivo inhóspito para expresar las condiciones que rodean a muchos niños colombianos; en busca de un término más apropiado se podrían usar “desfavorables” o “adversas” o “inhumanas”.

Etimología

Hospitalidad proviene del latín hospitálitas, hospitalitátis, de hospitalis ‘liberal, benéfico’, de hospes, hóspitis ‘huésped’, del indoeuropeo ghos-pot ‘huésped, quien da hospitalidad’, de ghos ‘extraño’ + pot ‘amo, señor’.

De la misma familia etimológica son las siguientes palabras: hospital, hospicio, hospedar, hostal, hostería, hotel, hostil, huésped, hueste.




De El Colombiano, página 4a, 13 de enero de 2008: “Se trasluce un sórdido contubernio con la cúpula de las Farc (…)”.

Contubernio es un término despectivo que significa ‘habitación con otra persona, cohabitación ilícita, alianza o liga vituperable’. Proviene del latín contubernium ‘alojamiento’, de cum ‘juntamente’ + taberna ‘tienda, posada, choza, taberna’.


De El Colombiano, página 4a, 13 de enero de 2008: “La trapisonda, disfrazada de espíritu humanitario, (…)”.

La palabra trapisonda significa ‘bulla o riña con voces o acciones; embrollo’; a su vez embrollo quiere decir ‘enredo, confusión, maraña, embuste, situación embarazosa, conflicto del cual no se sabe cómo salir’. La persona que arma trapisondas se llama trapisondista.

Etimología

Sobre el origen de la palabra trapisonda dice lo siguiente Joan Corominas en su Breve diccionario etimológico de la lengua castellana: “Del nombre del Imperio de Trapisonda (ciudad de Asia Menor), muy sonado en los libros de caballerías y el Quijote”.
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Federico Díaz González,
Editor de Iatreia
www.notasdelidioma.blogspot.com

lunes, 14 de enero de 2008

NOTAS DEL IDIOMA (47)

NOTAS DEL IDIOMA (47)

“(…) los elementos que integraban el marco conceptual de niños (…) prosociales”. Cita de un artículo sometido a consideración de Iatreia.

El adjetivo prosocial se emplea en psicología y psiquiatría pero no está registrado en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) ni en el Diccionario del español actual. Ello no obsta para que sea correcto usarlo. En el New Oxford Dictionary of English aparece con la siguiente definición: “Relativo a o que denota un comportamiento positivo, servicial que pretende promover la aceptación social y la amistad”. En el sitio web Espacio Logopédico.com definen así la conducta prosocial: “Actos realizados en beneficio de otras personas; maneras de responder a éstas con simpatía, condolencia, cooperación, ayuda, rescate, confortamiento y entrega o generosidad”. Conducta prosocial es “toda conducta social positiva con o sin motivación altruista”.

Etimología

El prefijo pro viene del latín pro que tiene muchas acepciones, entre ellas: ‘que apoya, hacia delante, delante, para’. A su vez, este prefijo latino se originó en el término indoeuropeo pro- que también significa ‘hacia delante’. En cuanto a social, viene del latín socialis ‘de compañerismo’, de socius ‘compañero, socio’.


“(…) caracterizado por un patrón de conducta que comporta violación de los derechos básicos de los demás”. Cita de un artículo sometido a consideración de Iatreia.

El verbo comportar, que está apropiadamente usado en esta frase, tiene entre sus acepciones las de ‘implicar’ y ‘conllevar’; cualquiera de los tres verbos transmite la misma idea.


“Algunas teorías sustentan que el origen del trastorno (…)”. Cita de un artículo sometido a consideración de Iatreia.

Además de su acepción de ‘proveer a alguien del alimento necesario’, el verbo sustentar también significa ‘defender o sostener determinada opinión, apoyar’. Es, por lo tanto, correcto su uso en esta frase. También lo es en la siguiente: “El diagnóstico de (…) se sustenta en la presencia de (…).

Etimología

Los verbos sustentar y sostener, que en varias acepciones son sinónimos, tienen el mismo origen: provienen del latín sustinere ‘sostener, mantener firme, prestar apoyo’, de sus- ‘debajo, desde abajo’ + tenere ‘mantener, detener’-
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Pie de foto, El Colombiano, página 1a, 13 de enero de 2008: “El conjunto de fotos lograda en un sobrevuelo por el reportero gráfico (…) le permitió a los organismos de socorro focalizar sus operaciones de rescate”.

Por razones de concordancia, el adjetivo correcto debe ser logrado para que concierte con el sustantivo masculino conjunto. En cuanto al artículo, lo correcto es les para que concuerde en plural con el complemento los organismos de socorro.
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Federico Díaz González
Editor de Iatreia
www.notasdelidioma.blogspot.com

martes, 8 de enero de 2008

NOTAS DEL IDIOMA (46)

NOTAS DEL IDIOMA (46)

“Los déficit que subyacen en el trastorno (…)”. Cita de un artículo sometido a consideración de Iatreia.

Sobre el plural de la palabra déficit dice lo siguiente el Diccionario panhispánico de dudas (DPD): “Su plural es déficits a la luz de la siguiente regla: Sustantivos y adjetivos terminados en consonantes distintas de -l, -r, -n, -d, -z, -j, -s, -x, -ch. Se trate de onomatopeyas o de voces procedentes de otras lenguas, hacen el plural en - s: crac, cracs; zigzag, zigzags; esnob, esnobs; chip, chips; mamut, mamuts, cómic, cómics. Se exceptúa de esta regla la palabra club que admite dos plurales clubs y clubes. También son excepciones el arabismo imam, cuyo plural asentado es imames, y el latinismo álbum, cuyo plural asentado es álbumes”.

Dice también el DPD: “Plural de los latinismos. Aunque tradicionalmente se venía recomendando mantener invariables en plural ciertos latinismos terminados en consonante, muchos de ellos se han acomodado ya, en el uso mayoritario, a las reglas de formación del plural que rigen para el resto de las palabras (…). Así pues, y como norma general, los latinismos hacen el plural en - s, en - es o quedan invariables dependiendo de sus características formales, al igual que ocurre con el resto de los préstamos de otras lenguas: ratio, ratios; plus, pluses; lapsus, lapsus; nomenclátor, nomenclátores; déficit, déficits; hábitat, hábitats; vademécum, vademécums; ítem, ítems”.

“Debe de observarse la actitud del niño (…)”. Cita de un artículo sometido a consideración de Iatreia.

El verbo deber seguido de un infinitivo denota obligación. Ejemplo: Los colombianos debemos exigir la liberación incondicional de todos los secuestrados.

El mismo verbo seguido de la preposición de + infinitivo denota probabilidad o suposición. Ejemplo: A esta hora, Clara, Emmanuel y Consuelo ya deben de haber cruzado los anillos de seguridad de las FARC.

Con esta información, es obvio que la frase citada debe ser corregida así: debe observarse la actitud del niño (…)”, o mejor aún: Se debe observar la actitud del niño (…).


Federico Díaz González
Editor de Iatreia
www.notasdelidioma.blogspot.com

miércoles, 2 de enero de 2008

NOTAS DEL IDIOMA (45)

NOTAS DEL IDIOMA (45)

Escarnio en Internet termina en demanda”. Titular de El Colombiano, página 2d, 5 de diciembre de 2007.

La palabra escarnio significa ‘burla tenaz que se hace con el propósito de afrentar’ o ‘burla ofensiva y humillante. Afrenta o vergüenza’. El verbo y el participio correspondientes son escarnecer (que se conjuga como agradecer) y escarnecido. La persona que somete a otra a escarnio es un escarnecedor.

Etimología: escarnecer proviene del verbo español anticuado escarnir, del latín vulgar escarnire ‘escarnecer’, del germánico* skarnjan ‘escarnecer’, del alto alemán antiguo skërnôn ‘burlarse’. De la misma familia etimológica es el verbo escarmentar.

Hay algunos verbos similares a escarnecer con los cuales no debe ser confundido; ellos son: encarnecer (engordar), encarnizar (encruelecer, irritar, enfurecer) y encarnizarse (mostrarse cruel con alguien persiguiéndolo o perjudicándolo en su opinión o sus intereses). Escarnecido es ‘burlado, afrentado’ y encarnizado es ‘cruel, feroz’. Escarnecimiento es ‘burla’ y encarnizamiento es ‘ensañamiento’. Recordemos que uno de los errores de la medicina moderna es el llamado “encarnizamiento terapéutico” o distanasia. Ésta, según el DRAE, es el ‘tratamiento terapéutico desproporcionado que prolonga la agonía de enfermos desahuciados’.

Aunque aparezca en el DRAE, la expresión tratamiento terapéutico es una redundancia porque terapéutico es lo perteneciente o relativo a la terapéutica, y esta es la “parte de la medicina que enseña los preceptos y remedios para el tratamiento de las enfermedades”.

* Germánico: se dice de un grupo de lenguas indoeuropeas habladas por los pueblos germánicos, entre las que se destacan el nórdico, el gótico, el alemán, el neerlandés, el frisón y el anglosajón.


Consulta de un lector *

¿Es válido usar los verbos en presente para referirse a hechos pasados?

Respuesta: sí lo es y ese uso se llama “presente histórico”. Consiste en usar el presente para referirse a hechos sucedidos en la historia que estrictamente hablando ya son parte del pasado. Ejemplos: Colón descubre América en 1492. El hombre llega a la luna el 21 de julio de 1969.

Los tiempos verbales sitúan la acción en un momento real determinado. Sin embargo, muchas veces los utilizamos con un valor distinto del tiempo real que les corresponde. El presente histórico hace referencia a la evocación de hechos realizados y concluidos, actualizándolos tanto en nuestra mente como en la de nuestro interlocutor o lector.

Existen otros usos del presente, a saber:

Presente con valor de futuro: se emplea para referirnos a acciones venideras. Ejemplo: En 2009 egresa la primera cohorte formada en el nuevo currículo.

Presente con valor habitual: se emplea para referirnos a acciones que se repiten antes y después del momento en que hablamos. Ejemplo: Todos los días sufrimos los colombianos las atrocidades de las FARC.

Presente con valor intemporal o durativo: se emplea para referirnos a acciones que ocurren siempre. Ejemplos: En cada temporada invernal ocurren tragedias en las zonas de alto riesgo. El Museo de Antioquia exhibe la colección Botero.

Presente con valor de mandato: se emplea para frases imperativas. Ejemplo: Te comes ya mismo tu almuerzo.

Presente gnómico: se utiliza en la formulación de refranes o dichos populares. Ejemplo: Más vale pájaro en mano que ciento volando.


Federico Díaz González
Editor de Iatreia
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* Para responder la consulta del lector consulté Wikipedia y otros varios sitios en Internet.