lunes, 25 de agosto de 2008

NOTAS DEL IDIOMA (67)


¿Quién mordió a quién?

“Trasladan a Medellín a niño que mordió una culebra mapaná”. “(…) al niño AVP, de 8 años, a quien mordió una serpiente mapaná”. (El Colombiano, 8a, 26/07/08).

Según la primera cita, el niño fue el victimario y la mapaná, la víctima. En la segunda las cosas se aclaran: fue el niño el mordido. Es este un buen ejemplo de los errores en que se puede incurrir cuando se habla o escribe descuidadamente.

Según el Nuevo diccionario de colombianismos del Instituto Caro y Cuervo, la mapaná (Bothrops atrox) es la serpiente más venenosa de Colombia. No trae este diccionario información etimológica sobre dicha palabra, la que no está registrada en el DRAE, aunque sí lo está mapanare como ‘culebra muy venenosa de Venezuela (…)”.
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“Ya son 19 las versiones de la feria [Colombiamoda] que dicta las tendencias para final de año”. (El Colombiano 1a, 29/07/08).

Las sucesivas oportunidades en que se lleva a cabo un evento no se llaman versiones sino ediciones. Dice así la séptima acepción de esta última palabra en el DRAE: ‘Celebración de determinado certamen, exposición, festival, etc., repetida, con periodicidad o sin ella’.

Etimología

Edición proviene del latín editio, editionis ‘acción de producir o proclamar’, de édere ‘producir, proclamar, publicar, empujar hacia fuera’, de e- ‘hacia fuera’ + -dere, de dare ‘dar’, del indoeuropeo dō- ‘dar, poner, colocar’. Por su origen en el término dō-, edición está emparentada con muchas palabras, por ejemplo: anécdota, antídoto, dádiva, adición, perder, posdata, vender, etc.
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“A esta empresa [Kaltex] se le considera el primer proveedor extranjero en el mercado colombiano”. (El Colombiano, 19a, 20/07/08).

El uso de le en lugar de la para referirse a un complemento directo de género femenino (empresa) es un ejemplo del error llamado leísmo. Lo correcto es: “A esta empresa [Kaltex] se la considera (…)”.
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“(…) identificaron una proteína que obra como un clutch para el motor rotatorio que impulsa el flagelo bacterial (…)”. (El Colombiano en el artículo titulado “Vehículos en miniatura: las bacterias tienen clutch”).

En español tenemos la palabra embrague para traducir clutch. En cuanto a bacterial, es una traducción literal e incorrecta del inglés bacterial. La traducción correcta es bacteriano. Por eso un conocidísimo jabón no se debiera promocionar como antibacterial sino como antibacteriano.

Etimología

La palabra bacteria viene del griego baktēría ‘palo, bastón, vara’, del indoeuropeo bak- ‘palo, vara’. De bak-, con la terminación diminutiva latina –illum, se formaron las palabras bacilo e imbécil.
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“La verdad ni ésta ni otra reforma política tendrán sentido mientras sus voceros lo que llevan en el alma es un sectarismo dinosáurico (…)”. (El Colombiano, columnista Sonia Gómez, 14a, 16/06/08).

En mi opinión, hubiera sido preferible usar en esta frase, para las dos inflexiones verbales resaltadas, el modo subjuntivo con el que “se expresan acciones dudosas, posibles, necesarias o deseadas”; con ese cambio quedaría así: “(…) mientras sus voceros lo que lleven en el alma sea un sectarismo (…)”.

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Federico Díaz González
Editor de Iatreia
www.notasdelidioma.blogspot.com

jueves, 14 de agosto de 2008

NOTAS DEL IDIOMA (66)

“El Ejército Israelí, por su parte, perdió esa áurea de fuerza “casi” invencible en Oriente Medio”. (El Colombiano, 12a, 17/07/08, despacho de la Agencia EFE).

La palabra áurea es la forma femenina del adjetivo áureo, que significa (DRAE) ‘de oro, parecido al oro, dorado’. Se usa más en el lenguaje poético. Se deriva del latín aureus, de aurum ‘oro’, de aura ‘brillo’.

La palabra correcta en la cita hubiera sido aura, derivada de idéntico término tanto en latín como en griego; en este último idioma se derivó de áein ‘soplar’. De sus varias acepciones, la que nos interesa para la cita en mención es ‘favor, aplauso, aceptación popular, crédito, prestigio’. O sea: “El Ejército Israelí (…) perdió esa aura de fuerza “casi” invencible (…)”. Otras acepciones de aura son: 1. Viento suave y apacible. 2. Atmósfera espiritual que emana de alguien o algo y lo circunda. Ejemplo (Diccionario del español actual): “(…) irradió siempre un aura de amable gravedad”. 3. En parasicología: irradiación luminosa que rodea a los seres vivos o a los objetos, solo perceptible por los individuos dotados de sensibilidad especial. 4. En medicina: sensación o fenómeno particular que anuncia o precede a una crisis de epilepsia o de alguna otra enfermedad.
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“(…) y puso en libertad a Samir Kuntar, (…) decano de los presos libaneses en cárceles sionistas (…)”. (El Colombiano, 12a, 17/07/08, despacho de la Agencia EFE).

El adjetivo sionista significa ‘perteneciente o relativo al sionismo, partidario del sionismo’. Y el sustantivo sionismo significa ‘aspiración de los judíos a recobrar Palestina como patria, movimiento internacional de los judíos para lograr esta aspiración’.

Entonces, las cárceles de Israel no son sionistas sino israelíes porque el adjetivo que designa lo perteneciente o relativo a este país de Asia es israelí. Sin embargo, el corresponsal de EFE pudo estar usando el adjetivo sionista como un disfemismo, o sea, con la misma connotación peyorativa que le dan los palestinos opuestos al Estado de Israel y que luchan en su contra.

Veamos lo que dice el Diccionario del español urgente de la Agencia EFE sobre algunas palabras relativas a Israel, su idioma, sus habitantes y la religión de la mayoría de ellos:

“Hace ya tiempo, se planteó en la redacción de EFE la duda sobre el exacto significado de las voces hebreo, israelí, judío e israelita, y el Departamento de Español Urgente, tras consultar con su Consejo Asesor, recomienda lo siguiente: los términos hebreo, judío, israelí e israelita no son sinónimos: hebreo es la lengua del pueblo judío. Por extensión se aplica a los hablantes de dicha lengua. La palabra judío designa a un pueblo o comunidad religiosa. No es una raza. Israelí es el gentilicio del estado de Israel. Puede emplearse el término israelita para designar a los judíos de todo el mundo y se emplea, especialmente, al hablar de judíos practicantes (…). Los términos israelita, judío y hebreo sí son intercambiables en ciertos contextos, aunque conviene seguir las explicaciones anteriores. No ocurre así con israelí, ya que hay cristianos, musulmanes o ateos israelíes”.
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“(…) de que los daños causados a nuestro hábitat tienen graves repercusiones en todas las especies y que, a futuro, las nuevas generaciones van a recibir (…)”. (El Colombiano, Editorial, 5a, 20/06/08).

La profesora de Español y Literatura Soledad Moliner respondió lo siguiente a una consulta sobre el uso de la expresión “a futuro” (Pida la palabra. Bogotá: Aguilar; 2006. p. 165): “La considero una necedad, un tic sin razón de ser. El idioma es a veces caprichoso, pero en medio de todo lo recorre una vena lógica. ¿Diría usted ‹‹a pasado››? (‹‹A pasado›› las cosas eran mejores). ¿O ‹‹a presente››? (‹‹A presente›› estamos vendiendo bien). Esperamos que ‹‹a futuro›› se extinga esta moda propia de ejecutivos con pobres bases lingüísticas”.
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Federico Díaz González
Editor de Iatreia
www.notasdelidioma.blogspot.com