sábado, 25 de julio de 2009

NOTAS DEL IDIOMA (85)

“Los hombres de la sociedad secreta Mano Negra, cuya moto era “Unión o Muerte”, pensaron que con tal homicidio lograrían la unión e independencia de Serbia (…)”. (Columna de la señora María Clara Ospina en El Colombiano, 4a, 03/12/08).

El sustantivo moto puede ser tanto masculino como femenino. En el primer caso significa ‘lema, frase que condensa un ideal de conducta o de acción’. Por ejemplo, el moto, o sea, el lema del movimiento scout es Siempre listos. Así debió haberlo usado la columnista: “(…) cuyo moto era (…). Su error fue usarlo en femenino porque el significado de cuya moto es ‘cuya motocicleta’.
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“Esta decisión se aplaza hasta tanto no se tengan otras opciones de empleo que ofrecerles [a los cocheros]”. (El Colombiano, 16a, 16/06/08).

Nótese que el adverbio de negación no convierte la frase en un contrasentido; en efecto: si la decisión se aplaza “hasta tanto no se tengan otras opciones de empleo”, queda aplazada indefinidamente. Propuestas de corrección: “Esta decisión se aplaza hasta que se tengan otras opciones de empleo”, o bien “Esta decisión se aplaza mientras no se tengan otras opciones de empleo”.

El mismo contrasentido causado por una negación innecesaria lo hallamos en la siguiente cita tomada de la Revista Semana (página 61, edición 1389, diciembre 15-22, 2008): “Prueba de ello es que en solo 2008 se frustraron dos intentos de reformarse [la clase política]: en el primer semestre, la reforma de la silla vacía que proponía que quien fuera investigado por para-política no pudiera ser reemplazado hasta tanto la justicia no diera su veredicto (…)”. Si vamos a esperar a que la justicia no dé su veredicto, nunca tendremos una reforma de la clase política. Propuestas de corrección: “(…) no pudiera ser reemplazado mientras la justicia no diera su veredicto (…)”, o bien: “(…) no pudiera ser reemplazado hasta que la justicia diera su veredicto (…)”.

Y, abundando en ejemplos, hallamos en otra frase el contrasentido por una negación innecesaria; escribió el columnista Juan Mayr en El Colombiano (4a, 18/12/08) lo siguiente: “De otro lado existe una incertidumbre política hasta tanto Barack Obama no se posesione”. Si se debe esperar a que el presidente electo de los Estados Unidos no se posesione para poder tener certidumbre política, nunca saldremos de la incertidumbre. Propuestas de corrección: “(…) hasta tanto Barack Obama se posesione”, o bien: “(…) mientras Barack Obama no se posesione (…)”. ______________________________

“En las contiendas políticas, cuando los votos se ven perdidos, hay quienes acuden al engaño y las mentiras para tratar de detener la estruendosa caída que, como un juego de dominó, tumba en poco tiempo la débil fortaleza que se ha logrado construir”. (Columna del señor Carlos Andrés Pérez, El Colombiano, 5a, 03/12/08).

“Pero el silencio de María es un silencio resonante desde la noche del alumbramiento del Mesías (…)”. (El Colombiano, 5a, 24/12/08).

“Una voz sumisa, llena de arrogante humildad, brotó del grupo (…)”. (Fernando Lázaro Carreter, El nuevo dardo en la palabra, Madrid: Punto de Lectura; 2005, p. 55).

Las expresiones débil fortaleza, silencio resonante y arrogante humildad son ejemplos de la figura retórica llamada oxímoron (plural oxímoron u oxímoros) la que, según el DRAE es la ‘combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido, por ejemplo: un silencio atronador. Otros ejemplos, tomados del Diccionario del español actual, son: La confidencialidad pública y La soledad sonora. Y hay varios oxímoros en el soneto de don Francisco de Quevedo Es hielo abrasador, es fuego helado, que dice así: Es hielo abrasador, es fuego helado, / es herida que duele y no se siente, / es un soñado bien, un mal presente, / es un breve descanso muy cansado. / Es un descuido que nos da cuidado, / un cobarde con nombre de valiente, / un andar solitario entre la gente, / un amar solamente ser amado. / Es una libertad encarcelada, / que dura hasta el postrero paroxismo, / enfermedad que crece si es curada. / Este es el niño Amor, éste es tu abismo. / ¡Mirad cuál amistad tendrá con nada / el que en todo es contrario de sí mismo!
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“Son las 8 de la noche del 6 de diciembre, y en el cielo estallan los fuegos fatuos (…)”. (Columna de la señora Sonia Gómez, El Colombiano, 4a, 08/12/08).

Seguidamente la definición de fuego fatuo: ‘Inflamación de ciertos materiales que se elevan de las sustancias animales o vegetales en putrefacción, y forman pequeñas llamas que se ven andar por el aire a poca distancia de la tierra especialmente en los lugares pantanosos y en los cementerios’.

Según esta definición, no fueron fuegos fatuos los que vio la columnista sino fuegos artificiales que son ‘artificios de pólvora’.
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Releyendo a doña Lucila

Escribió doña Lucila González de Chaves, en su columna dominical en El Colombiano Funcionalidad del idioma, lo siguiente:

“Se nos ha empobrecido el idioma (…). Hay abuso del verbo hacer tan poco expresivo; lo que “hacen” o lo que “se hace” tiene una denominación específica y bien distinta; así, el escritor no “hace” un libro: lo escribe; el médico no “hace” una operación: la practica o la realiza; el albañil construye una casa o levanta una pared; el músico compone una sinfonía; el orador pronuncia un discurso; las abejas producen miel; el artista esculpe una estatua de mármol; la ciencia no hace progresos, la ciencia progresa; no se hace un canal, se construye; no se hace una campana, se funde; no hacemos un largo trayecto hasta el teatro, recorremos un largo…; ellos no hicieron una trampa en contra del mandatario, ellos le tendieron una trampa…, etc., etc., etc.
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